Ríos con vida denuncia la desecación de los ríos a causa de la sequía y el riego abusivo e ineficiente
Nuestro compañero Luis Luengo viene comentando en estas páginas que la situación de los ríos trucheros es realmente complicada y la de la pesca aún más. Ahora se añade el fenómeno de la sequía, lo que ha llevado a la Asociación Ríos con vida a emitir un comunicado público en el quedenuncian la desecación de los ríos naturales leoneses a causa del riego abusivo e ineficiente. El fortísimo y temprano estiaje en un año anormalmente seco, unido a la captación o derivación de la mayor parte de los caudales, está afectando gravemente a numerosos tramos fluviales leoneses.
Inciden en el asunto de los riegos, que puede ser una necesidad pero matizan que ciertamente, la captación abusiva de caudales para riego no es un problema nuevo en los ríos leoneses no regulados por grandes presas durante el verano. Dada la antigüedad, características y falta de mantenimiento de las tomas y canales de riego, muchos concesionarios desde siempre han derivado mucho más caudal de lo que su concesión les autorizaba. Pero con la actual sequía, el incumplimiento se hace mucho más patente y lamentable, afectando fuertemente a los ecosistemas fluviales y a las numerosas especies autóctonas de interés y vulnerables que albergan, además de a otros usos muy importantes en la provincia, como son el turismo y la pesca.
La situación que presentan es realmente preocupante cuando señalan que hay lechos de ríos secos a partir de las tomas y el agua por los canales, sin respetar ningún tipo de caudal ecológico. Esta es la dolorosa imagen de muchos de nuestros ríos naturales en esta época y en uno de los años probablemente más secos desde que se tiene registro, del Curueño a partir de La Mata y Santa Colomba, por casi 9 kilómetros; o del Torío en al menos 7 kilómetros, desde Villamoros hasta su encuentro con el Bernesga. Toda la riqueza natural de nuestros mejores ríos, truchas desmanes, nutrias, sacrificada al derroche más irracional en unos regadíos inadecuados, ineficientes, obsoletos y en muchos casos también escasamente rentables, todo ante la pasividad de la autoridad hidráulica que una vez más mira para otro lado ante el desastre.
Por ello, piden que Confederación Hidrográfica ejerza sus competencias sobre el Dominio Público Hidráulico, que vigile el cumplimiento de las concesiones y los caudales ecológicos, y sancione los abusos. A su vez,la Consejería de Agricultura y Ganadería debería abordar de una vez por todas el replanteamiento y la modernización de los regadíos.